Para comenzar a analizar el tema del Proyecto Social como Intervención,
es preciso definir dos conceptos que son de suma importancia para el desarrollo
y el entendimiento del mismo tema en cuestión, estos son:
a) Proyecto: “Representación de una obra o conjunto de
actividades interrelacionadas con un fin determinado”[1]
a) Intervención: “Acción de intervenir y de tomar parte en
un asunto”[2]
Entonces al unir ambos conceptos, podemos comprender a grandes rasgos en
que consiste el proyecto social como intervención. Al analizar esto en más
profundidad, podemos decir que el proyecto en si, para la labor que
realiza el trabajador social es una herramienta con la cual se intenta abordar
las problemáticas sociales, en la intervención social que va directamente en
ayuda hacia las personas de más bajos recursos, más pobres y que se encuentran
en riesgo social.
Esta acción que realizan los trabajadores sociales (nos referimos a la
intervención social), podemos decir entonces que se enmarca dentro de un
contexto marcado por las numerosas problemáticas sociales, que día a día no
solo se viven en nuestro país, sino que también en el resto del mundo,
especialmente en países de América Latina y el África. Esta intervención social
se realiza como una práctica social y como una acción profesional, que cada vez
se convierte en una pieza fundamental dentro de la labor constante del
trabajador social.
Es así como surge el Proyecto Social y tal como se dice en el artículo
de la revista Iberoamericana de la educación, editada por la
OEI( Organización de Estados Iberoamericanos), el proyecto social es “Proyectar
acciones sistemáticas y fundamentadas, con un objeto definido y metas claras y
factibles, surge como una intervención grupal o personal buscando resolver un
problema de conocimiento referido a la mejora , o a la corrección, o a la
instrumentación de acciones novedosas, ante una necesidad personal o
grupal”. Por lo tanto el trabajo social como saber practico, busca
proyectar, realizar acciones en pro de buscar una solución a las necesidades
personales y o grupales de las personas, no solamente con el fin de generar una
mejoría a corto plazo, sino que sea la solución de corte definitivo a
estos problemas. Es importante señalar que este problema de conocimiento que se
busca resolver, también satisface uno de los principios de lo que es el trabajo
social, ya que con este se origina un acervo metodológico, ya que también el
trabajo social se puede definir como ciencia.
Siguiendo con nuestro análisis y tomándonos del punto anterior, diremos
que el proyecto social, busca de una manera tanto cualitativa como cuantitativa
interpretar la realidad, que si bien se compone de diversos paradigmas, busca
de esta forma dar respuesta a las problemáticas sociales, que le dan la
importancia y marcan el factor principal de la función de un proyecto de
intervención social. Además debemos resaltar que un proyecto no son simples
planificaciones, que se hacen de un día para otro y que dan resultados de una
forma rápida, esta última característica si bien cualquier persona o trabajador
social buscaría obtener como resultado, no se puede caer en falsas
expectativas ni en falsas ilusiones y se debe cumplir con el proceso de
planificación de un proyecto, el que se enmarca en tener una estructuración
determinada, constituida por un método de trabajo, un tiempo de realización y
un objetivo de realización. En esta misma línea y siguiendo con la metodología
de lo que es un proyecto de intervención social, que bien muchas veces forma
parte de una investigación como puede ser de una investigación-acción
participativa, se debe establecer primeramente el fin del proyecto y su objeto
, ya que sino tenemos claro esto, no se pueden seguir con los pasos
posteriores. Al tener claro el objetivo que puede ser por ejemplo erradicar un
campamento a otro terreno físico que se encuentren dentro del marco de la ley y
el fin que puede ser (también en relación a este ejemplo), el alejar a los
niños de las malas condiciones sanitarias de estos lugares, se procede
a “definir las actividades a realizar, los pasos necesarios para
llevarlas a cabo, se consideran los recursos y los medios disponibles (y los
que hay que conseguir), todo ello en vista de poner en marcha un proyecto o
programa cuya realización, se piensan resolver determinados problemas y/o
necesidades”[3], hay que estar consciente y pensar racionalmente que las
necesidades son ilimitadas y el factor recurso es limitado, por lo que como nos
plantea el autor hay que realizar un restablecimiento de prioridades, según
diferentes criterios y valores que marcan el sentido del proyecto y que están
en directa relación con los propios valores tanto del trabajador social como de
las personas que conforman los individuos, clientes a intervenir. Ya que con la
relación existente entre necesidad-recurso no se puede dar solución a
necesidades que no son parte de las prioridades, por lo que se podría dar en
ciertos proyectos algún problema de carácter ético, marcado por los
sentimientos y emociones que abordan al trabajador social que participa de la
formulación y realización del proyecto, ya que marcado y tal vez
afectado por las circunstancias en que se dan las problemáticas, podría
actuar en contra de los principios que quizás no son meramente de él, sino de
la institución a la cual pertenece y actuar en contra de estos. Hay un aspecto
clave que podemos resaltar y es que en el trabajo social se da “por un
lado, la asistencia frente al sufrimiento social y, por otro, los ideales
democráticos de promoción, de auto-organización y de emancipación de las
personas. Para a cabo esta doble referencia debe asumir una parte de
ilegalidad, no estar plenamente identificado con las instituciones sociales
para las cuales trabaja y estar en consonancia con las personas a las que se
trata de ayudar. El trabajador social recibe su misión desde las instituciones,
pero su legitimidad la debe a las personas al servicio de las cuales
ejerce su profesión”[4]. Con esto
podemos comprobar lo que estábamos planteando y más aun ya que nos entrega una
visión, una forma de cómo enfrentarnos y de cómo tenemos que actuar como
trabajadores sociales, ya que mediante esta forma se equilibra la balanza y el
problema ético se ve disminuido.
Por último y como lo plantea en su libro Ezequiel Ander-Egg
(Investigación y Diagnostico para el Trabajo Social), con el establecimiento de
las prioridades y con los datos obtenidos se procede a establecer alternativas
de cómo actuar frente a los problemas y se terminan de dimensionar los cálculos
y los problemas posibles a enfrentar; con esto se da termino al proceso del
proyecto y solo quedarían después tres pasos a seguir, como parte de este
proceso de investigación y resolución del proyecto, estos los podemos resumir
en : Primeramente, junto con tener elaborado el calendario de trabajo (una
especie de carta Gantt) se debe asignar las diferentes personas responsables en
la ejecución, dirección y realización del proyecto; luego siguiendo con
este esquema se pasa a el punto culminante del proyecto y se pone en marcha
este y por último, se hace un seguimiento del proyecto y de sus resultados, lo
que finalmente conllevara a obtener un sinnúmero de conocimientos y
experiencias que en un próximo proyecto podrían ser de valiosa ayuda.
Con estos pasos damos por finalizado lo que constituye un proyecto
en si, es decir de esta manera podemos dar por concluido una de las formas
más importantes y relevantes de intervenir socialmente en las personas o grupos
que necesitan ayuda de forma concreta y precisa. Por consiguiente hemos
terminado de realizar la acción, legal, teórica, metódica, programada y
científica que llamamos intervención social y que tiene como principal
actor a los sujetos miembros de una biodiversidad cultural, marcada por el
continuo riesgo social al que se enfrentan continuamente.
_________________
[1] “Proyecto” Diccionario Pequeño Larousse en color. Ramón García-
Pelayo y Gross. Ultima edición Larousse España 1990, pág. 728.
[2] “Intervención” Diccionario
Pequeño Larousse en color. Ramón García- Pelayo y Gross. Ultima edición
Larousse España 1990, pág. 501.
[3] “Investigación y Diagnostico para el
Trabajo Social” Cáp. 1, “La Investigación-Acción Participativa como
un a metodología apropiada para un Trabajo Social Liberador”. Ezequiel
Ander-Egg. Pág.26.
[4] “Fundamentos del Trabajo Social, Ética y Metodología” Cáp. 9,
“Respondiendo a las nuevas situaciones desde los fundamentos del Trabajo
Social”. Cristina De Robertis. Pág. 182.
Bibliografía
· Cristina De Robertis. “Fundamentos del
Trabajo Social, Ética y Metodología”.Ed.NAU Libres. Universidad de Valencia
2003.
· Ezequiel Ander-Egg. “Investigación y
Diagnostico para el Trabajo Social”. Ed. HVMANITAS. Buenos Aires 1990.
· Diccionario Pequeño Larousse en
color. Ramón García- Pelayo y Gross. Ultima edición Larousse España 1990.
Páginas 501 y 728.
· Raúl Paglilla. Revista Iberoamericana
de Educación [en línea]. Ed. Organización de Estados Iberoamericanos [Madrid,
España] febrero 2007 [revisado 17 diciembre 2008].
Disponible de
World Wide Web: http://www.rieoei.org/experiencias143.htm
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