Al comenzar a realizar nuestro análisis,
lo primero que debo explicar es que se entiende por PROCESO DE INTERVENCIÓN SOCIAL, el cual es “una interferencia intencionada para cambiar una situación
social que, desde algún tipo de criterio (necesidad, peligro, riesgo de
conflicto o daño inminente, incompatibilidad con valores y normas tenidos por
básicos, etc.), se juzga insoportable, por lo que precisa cambio o corrección
en una dirección determinada.”[1]. A lo que nos
referimos es que el proceso de intervención social, es una acción concreta
mediante la cual se busca, satisfacer los problemas que atañen a algún
individuo o grupo de personas, esta intervención busca un mejor funcionamiento
y bienestar del sistema social, en el cual nos encontramos insertos; este
proceso de intervención no es tan difícil de comprender si lo analizamos en
cuanto a sus conceptos básicos, los que unidos buscan acentuar la acción
concreta frente a los problemas que se dan en la realidad social, el cual es
objeto de estudio de el trabajo social.
El proceso de intervención social esta
conformado por tres componentes o actores importantes, los cuales son:
1. INSTITUCIÓN: es el primer componente
del proceso de intervención social, se refiere específicamente a uno de los
miembros del sistema social que realizan la intervención en el problema social.
Aquí es importante referirnos a un punto, que marca una de sus principales
características, ya que como todos sabemos (ya sea implícitamente o
explícitamente) las instituciones tienen valores, normas e ideologías propias,
lo que produce una valoración ética mucho mas complicada, a lo que me refiero
es que muchas veces se presentan situaciones que son dignas de análisis por
parte de las personas que conforman la institución y que no comparten algunas
de esas características. Dicho de otra forma “el interventor es sujeto de
intenciones, valores e ideologías que pueden influir – deliberadamente o no,
positiva o negativamente- en la acción social.”[2], lo que se
convierte en un conflicto y en un dilema ético muchas veces de carácter moral y
político, ya que se da que variadas veces las personas, que quieren
desenvolverse en estos lugares (refiriéndonos a las instituciones) no comparten
los valores, normas e ideologías que ella promueve.
Es por esto que el “querer actuar” a veces
estará normado por lo que nos dice la institución y aquí caeremos en un acto en
contra de la moral, si hacemos acciones que se antepongan a lo que se piensa en
la institución o a lo que ella nos permite realizar, es por esta razón además
que como trabajadores sociales y como agentes morales tenemos que tratar de
elegir bien nuestra labor ética y en donde desempeñarnos, ya que
individualmente somos agentes ético-políticos y no podemos hacernos a un lado
de esto, ya que nos estaríamos negando a ser un agente de la intervención
social, que se da precisamente en torno a estas características.
2. SUJETO: el sujeto de atención o
destinatario es el principal actor de la intervención social, ya que si no
existiera no tendríamos en quien realizar el cambio o transformación positiva,
que se busca con la intervención. Cabe señalar que el sujeto de intervención no
siempre se encuentra bien definido ya que existen veces que se puede estar interviniendo
en cierto grupo de personas y con los estudios o métodos que realiza el
trabajador social (como es en nuestro caso), se descubren otras personas que no
están incluidos en la planificación inicial que se realiza, por lo que estas
situaciones tienden a analizarse y así después poder readaptar el sujeto de
atención. El sujeto de atención se da en torno a tres características
principales las que son:
a) Expectativas: el sujeto de atención,
siempre llega con expectativas al lugar que va a pedir ayuda, es decir en “este
proceso, a menudo prolongado, esa personase enfrenta a dificultades, fracasos,
a resultados y respuestas no satisfactorias”[3], lo que nos dice
principalmente que el sujeto siempre va con prejuicios de cómo le va a ir en su
primer contacto con la persona, la cual le brindara la ayuda que él esta
buscando.
b) Necesidad: el sujeto de atención
continuamente va a presentar una necesidad, ya sea por ejemplo de tipo física,
psicológica y material, es decir siempre tendrá la carencia de algo, esto se va
a traducir en lo que conformara nuestra ultima característica.
c) Demanda: esta es la petición que el
sujeto de atención tiene al momento de ir a pedir ayuda a alguna institución.
Esta demanda puede variar, dependiendo del mismo sujeto de atención:
· Demanda
explicita: el o los requerimientos dados por el sujeto de atención, son de
forma clara y precisa, lo que facilita la intervención.
· Demanda
Implícita: él sujeto de atención, no nos da a conocer de forma clara lo que
requiere, por lo que el trabajador social debe mediante las técnicas o
herramientas de investigación, averiguar lo que necesita el sujeto.
· Demanda
Inespecífica: es la llamada ausencia de demanda, “es importante saber que la
ausencia de demanda no significa ausencia de problema, este hecho se traduce en
muchas ocasiones en el rechazo que las propias personas afectadas muestran
hacia los servicios sociales”[4], esta demanda
es la mas complicada de todas ya que ni el mismo sujeto de atención tiene claro
que es lo que necesita, por lo que a veces esta demanda no esta solicitada por
la persona real que necesita la ayuda.
3. TRABAJADOR SOCIAL: el Trabajador
Social, siendo hombre o mujer posee una dimensión social que es parte esencial
de su naturaleza y de su vocación. “En su función de asistencia utiliza, un
numero cierto de conocimientos de las ciencias humanas y sociales, pero también
de medicina, legislación social, etc.”[5].Esta
característica la podemos asociar específicamente al paradigma positivista, ya
que este tiene por premisa que el sujeto tiene acceso a la realidad mediante
los sentidos, la razón y los instrumentos que utilice. No es bueno despreciar
los otros paradigmas, ya que la realidad se compone de todos ellos, pero este
en especial nos ayuda a darnos cuenta de esta realidad mediante datos
concretos, como puede ser lo que ocurre en el caso de las entrevistas al sujeto
de atención, ya que mediante datos determinados es mucho mas fácil saber cual
es la forma concreta de poder ayudar y a que problemática nos estamos
enfrentando. Además este profesional del servir, es capaz de establecer
políticas de superación, de bienestar y de crear proyectos para la prevención
de problemas sociales, punto sumamente importante porque es mejor prevenir que
curar, es mejor actuar antes de que se produzca el problema y se vuelva mucho
más grande y difícil de tratar, porque además curar siempre será más caro e
implicará mucho más esfuerzo para la sociedad y él o los afectados.
Es importante destacar que el Trabajador
Social también tiene sus propios valores y su propia formación, lo que
claramente repercute como lo podemos, ver en el caso mencionado sobre las
instituciones, que podemos profundizar con la premisa que “los actos humanos
están sujetos a responsabilidad ética en la medida en que la persona puede
elegir y tomar decisiones libremente”[6]. Esto quiere
decir, que siempre tenemos la libertad de poder elegir en qué desempeñarnos y
cómo actuar frente a diversas situaciones, que no deja de lado, lo que ocurre
cuando estamos presionados por las ideologías del sitio en que nos desempeñamos
como profesionales, por que solo queda seguir los códigos de ética que sean
pertinentes, aunque a veces pueda costar incluso nuestro trabajo, pero es
pertinente siempre actuar en torno a esta moral que se nos inculca desde que
somos estudiantes, sin dejar de la lado al mismo sujeto de atención; aquí se da
lo que podríamos llamar un problema entre la distancia de la utopía y de lo que
el contexto permite realizar.
______________
[1] “Ética de la Intervención Social” Cáp.3,
“Estructura ética de la Acción Social”. Alipio Sánchez Vidal. Pág 74.
[2] “Ética de la Intervención Social” Cáp.3,
“Estructura ética de la Acción Social”. Alipio Sánchez Vidal. Pág 84.
[3] “Metodología de la Intervención en Trabajo
Social” Cáp.5, “El análisis de situación”. Cristina de Robertis. Pág. 97.
[4] “Contexto y Metodología de la Intervención
Social”, Unidad I. “Contexto y Organización de la intervención social”. Enric
Pérez y otros. Pág.10.
[5] “Metodología de la Intervención en Trabajo
Social” Cáp.5, “El análisis de situación”. Cristina de Robertis. Pág. 91.
[6] “Ética de la Intervención Social” Cáp.3,
“Estructura ética de la Acción Social”. Alipio Sánchez Vidal. Pág 82.
Bibliografía
· Alipio
Sánchez Vidal. “Ética de la Intervención Social”. Ed. PAIDOS. España 1999.
· Cristina
de Robertis. “Metodología de la Intervención en Trabajo Social”. Ed. ElAteneo.
Barcelona 1992.
· Enric
Pérez, Herminia Gomá, María Villalta, Meritxell Torres. “Contexto y Metodología
de la intervención Social”. Ed. Itamar. Barcelona 2004.
· María
del Carmen Ludi. “Envejecer en un contexto de (des)protección social”. Claves
problemáticas para pensar la intervención Social. Ed. ESPACIO. Buenos Aires
2005.
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